Mientras que toda la ciudad se agolpaba en rincones agotados de carbón, yo
sobrevolaba las copas umbrías del personal automovilístico, oía
pasos, adivinaba quiénes eran las que llevaban pelucas rubias, a quiénes pertenecían esos zapatos a cuadros, cuánto tiempo llevaban ahí esas piruletas
podridas...
Todo pasaba detrás de mí... Yo seguía con la vista fija en una
bola de gas, en ladrillos, en arena, en motas de polvo, en una
habitación de conchas plateadas, en un restaurante que gira hacia todas
las direcciones, en volutas con trapos negros...
Miles de fisuras se abrieron en mis ojos dejando descargar un dolor
intenso que me hacía recordarte, que me descubría que ya te había
perdido y que no había vuelta atrás, que mi vida empezaba ya y que ya
estaba empezando mal...
Una gaviota surcó el cielo...una tardía bruma resopló sobre mis poros,
un atardecer viejo animaba mis sentidos...y yo...ahí...esperando...como
el tejido nuestro, que ya no es nuestro...
"Lo he perdido todo, te he perdido a ti...lo he perdido todo...". No dejaba de repetirmelo en mi mente...Todo se partía, se rasgaba en trocitos de papel coloridos... Quedé derruida, abstracta, no hecha persona...Incluso sin identidad.
Después del caos, no podía hacer otra cosa que observar y callar y fingir que reía, cuando en cierta medida lo único que hacía era llorar...
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