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martes, 24 de julio de 2012

Suicidio de una bulímica


















Mírame. Estoy sentada sobre la mesa de la cocina... Y me cuesta mucho respirar tranquilamente. Me cuesta pensar en las cosas puras y sinceras a pesar de saber cómo son ahora... 

Conozco el dolor. Hay cosas que duelen por dentro. 

¿Qué es el dolor? Tan solo es incertidumbre...Es como si rasgaran cada sentimiento uno por uno, como si cada sentimiento fuera una pompita de papel de embalaje...Sientes el plic-plac de fondo...Es así de frágiles cómo se han vuelto mis sentimientos...

En la mesa de la cocina hay bollos que presentan heridas graves de dientes impecables que pretendían saciarse, sacarse el dolor a zarpazos. Ese dolor es el dolor que quizás siente una bulímica. Solo sé que esto es mucho peor...Es una especie de llama incandescente que explota por dentro... 

No dejo de cavilar, de pensar. Me he muerto por dentro y nadie lo entiende...NADIE...Ni siquiera el responsable de mi melancolía...

Me estoy haciendo vieja por dentro. Mis amaneceres son tristes, grises, cansados y agrietados...

Mi mochila sobre el suelo me pide que me aleje. Mis expectativas están lejos de aquel lujoso destino donde aún había comida sobre la mesa... 

Ahora, toca mirar los alimentos desde lejos mientras que paso las páginas de unos aburridos apuntes. Y mientras tanto, me acuerdo de ti, y pienso que ya no te quedarás conmigo porque ya no tendrás que aguantarme más... 

SANGRE








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